En Recetas Nestlé® exploramos sus ventajas y características
Cuando hablamos de electrodomésticos de cocina podemos hallar una oferta gigantesca entre la olla de cocción lenta, una airfryer, los distintos tipos de hornos, licuadoras, tostadoras y un listado inmenso de opciones. Cada una con sus propósitos, así como ventajas, desventajas y diferentes precios. Esta vez nos vamos a enfocar en el primer ejemplo que dimos.
¿QUÉ ES LA OLLA DE COCCIÓN LENTA?
También conocida normalmente por su nombre en inglés, slow cooker, esta olla es bastante diferente a las tradicionales. Por un lado, es eléctrica, así que, en lugar de funcionar con fuego o resistencias de calor, es necesario conectarla a la corriente.
En cuanto a su diseño, guarda ciertas semejanzas con la olla de presión eléctrica o multiusos. Ambas tienen dos recipientes. El más pequeño, donde dejamos nuestros alimentos para cocinar, se introduce en el grande, que se encarga de transmitir el calor y manejar la temperatura.
Normalmente, estas ollas de cocción lenta tienen tres niveles de intensidad:
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Low, baja o I: es la gran característica de este electrodoméstico, pues puede mantener una temperatura a menos de 100°C constantemente, usualmente entre 70°C y 95°C. En algunos modelos se identifica con el número romano I.
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High, alta temperatura o II: a pesar de su nombre, en realidad es una intensidad similar a la de las cocinas con resistencia eléctrica o de vitrocerámica cuando no han alcanzado su máximo de temperatura. En ciertas ollas también se le llama con el número romano II.
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Warm: se usa para que la comida no se enfríe.
Hoy en día, además, vienen con un temporizador para facilitar los tiempos de cocción.
¿QUÉ DIFERENCIA A LOS ALIMENTOS COCINADOS EN UNA SLOW COOKER?
Está bastante claro que una olla de cocción lenta se distancia de sus otras compañeras al poder mantener temperaturas más bajas. Esto, como podría deducirse fácilmente, también significa que los tiempos se extienden. Sin embargo, la gran pregunta es qué implica para los alimentos.
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Se conservan mejor los nutrientes: aunque sabemos que cocinar a altas temperaturas es necesario, es importante conocer que esto también afecta directamente a los nutrientes de los alimentos que no pueden resistirlas.
Si usamos una cocción lenta y menos intensa, estas propiedades que son tan importantes para nuestro organismo van a conservarse mejor.
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Alimentos más jugosos: además de los nutrientes, las altas temperaturas también reducen el contenido de los jugos que están presentes en nuestras comidas. Tomemos como ejemplo la carne. Cuando la preparamos bien asada, casi que termina seca.
Por el contrario, si la cocinamos en una slow cooker, va a mantener mucho mejor esa jugosidad, lo cual se traduce en un sabor intenso y una textura tierna.
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Los alimentos no se pegan: una de las grandes molestias de la cocina, en especial si estamos aprendiendo a preparar distintas comidas y no conocemos muy bien cómo hacerlo correctamente, es cuando se adhieren a la base de una olla.
Ahí la limpieza se convierte en una historia de terror. Esto suele pasar cuando quemamos nuestra comida, sin embargo, como esta olla usa temperaturas más bajas, es muy complicado que suceda.
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Platos enteros en una sola olla: en inglés existe el concepto de one-pot meal, que se usa para describir aquellas preparaciones cuyos alimentos se cocinan al mismo tiempo en una misma olla. La slow cooker está pensada, en gran parte, para sacarle todo el provecho a estas recetas.
¿CÓMO SE USA LA OLLA DE COCCIÓN LENTA?
Al tener únicamente dos temperaturas y un tercer modo para mantener la comida caliente, mas no cocinándose, estas ollas, en general, son muy sencillas de usar. Lo realmente importante es que su uso se debe planear con tiempo, puesto que las cocciones tardan horas.
También vale la pena conocer que acá únicamente vamos a cocinar platos que se hacen usando métodos húmedos, por ejemplo, estofar, brasear o guisar, así como la preparación de sopas, caldos o salsas.
RECETAS PARA EXPERIMENTAR CON LA OLLA DE COCCIÓN LENTA:
En cuanto a platos dulces, es decir, esos deliciosos postres con los que siempre cerramos una buena comida, hay una gran variedad de opciones. Desde brownies hasta rollos de canela, pasando por un cheesecake y un pudín.
A pesar de estar cualidades, la gran ventaja de la slow cooker es que es sumamente segura. Simplemente se añaden los ingredientes que dice la receta, elegimos una configuración, ponemos la tapa y la conectamos.
Sin embargo, hay algunos consejos que son bastante útiles. Acá los compartimos:
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Es mejor agregar las verduras al final: el tiempo de cocción de una proteína es muy distinto al de los vegetales. Si añadimos a la olla una carne y un conjunto de verduras al mismo tiempo, puede que la primera termine tierna, suave y exquisita, pero que los segundos casi que se deshagan.
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Los lácteos, también al terminar la cocción: productos como la crema NESTLÉ®, que se usa con frecuencia en salsas y otras recetas para darle ese toque cremoso, es mejor añadirlos cuando faltan apenas unos minutos. Si los agregamos antes, simplemente van a evaporarse o descomponerse, así no los vamos a aprovechar.
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No hace falta usar muchos líquidos: ya sea agua o leche, la olla de cocción lenta suele estar tapada. Esto significa que el vapor no sale a grandes cantidades, lo cual implica que haya bastante humedad y condensación adentro. Una cosa es una preparación jugosa y tierna, pero hablar de un plato aguado ya es otra situación. Para evitar el segundo caso, es mejor tener cuidado en este punto.
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Evitar usar carnes congeladas: aunque pensar que una solución muy sencilla es simplemente llevar una pechuga de pollo congelada a la olla, después de todo van a pasar horas de cocción, en realidad no es la mejor idea. Puede que la temperatura sea suficiente para derretir el hielo, pero corremos el riesgo de no cocinar bien nuestras proteínas.
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Las hierbas aromáticas, ¿secas o frescas?: en este caso las secas salen victoriosas, pues a la temperatura que se maneja tienen el tiempo y el espacio para soltar todo su sabor. Si vamos a usar las frescas, lo mejor es agregarlas al final.
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Evitar levantar la tapa muchas veces: la olla de cocción lenta, como su nombre lo dice, tarda en cocinar los alimentos, después de todo, este es su propósito. Por eso hay que tener paciencia, así que no vale la pena estar revisando constantemente.
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Ojo con la piel del pollo: una buena preparación al horno o en aceite nos entrega un resultado crujiente y dorado, delicioso. Sin embargo, recordemos que acá estamos trabajando en un espacio condensado y húmedo, así que no va a quedar de esta forma. Es mejor usar piezas de pollo que no tengan cuero.
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Siempre usar la olla limpia: cuando vayamos a cocinar con nuestra slow cooker es muy importante fijarnos en que no haya rastros de preparaciones anteriores. También hay que revisar la olla externa, la más grande. Es clave, adicionalmente, limpiarlas a las dos, no solamente en la que hacemos la comida.
VENTAJAS DE LA OLLA DE COCCIÓN LENTA
Además del resultado en términos de textura, sabor y jugosidad de ciertos alimentos, la slow cooker tiene otras cualidades que valen la pena conocer, en especial aquellas personas que están pensando seriamente en comprar una.
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Consumen poca energía: aunque se usan para cocciones largas, estas ollas están pensadas para gastar el mínimo de energía, pues la temperatura no suele ser muy alta.
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Menos ollas para lavar: cómo podemos cocinar una comida entera en el mismo espacio, no tenemos que usar dos, tres o cuatro sartenes para preparar una cena. Esto significa menos utensilios por lavar, lo cual siempre es una buena noticia.
PLATOS QUE SE PUEDEN PREPARAR EN LA SLOW COOKER
Aunque la olla de cocción lenta nos limita a preparaciones con métodos húmedos, esto no quiere decir que tengamos pocas opciones. De hecho, es todo lo contrario. Hay un abanico inmenso de posibilidades para sacarle provecho. Estas son unas cuantas ideas:
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Todo tipo de curry: un plato perfecto para este electrodoméstico, pues tiene un sabor fuerte y las proteínas jugosas, con una textura suave. Además, los distintos ingredientes se cocinan en la misma olla. Sin embargo, vale la pena tener en cuenta las recomendaciones que hemos dado, como usar hierbas aromáticas secas al comienzo y añadir las frescas hacia el final de la cocción.
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Pulled pork: aunque su nombre en inglés es bastante popular, este plato es cerdo desmechado con alguna salsa que potencia su sabor. La BBQ suele ser muy usada, pero también es posible jugar con elementos picantes y dulces. Al final, la slow cooker le entrega una textura fabulosa.
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Caldos y fondos: estas preparaciones son largas y, cuando las hacemos sobre el fuego, es importante estar atentos para evitar cualquier riesgo. Con la olla de cocción lenta simplemente podemos dejar que los huesos, espinas y/o verduras que usemos suelten su sabor sin preocuparnos mucho.
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Chili: la versión más popular, sin ninguna duda, es la que se prepara con carne de res, pero en Recetas Nestlé® nos gusta experimentar. Usar pollo o cerdo es una muy buena opción, lo que no puede faltar son los porotos.
Fuentes:
https://gourmetlikeme.com/2016/04/10/que-es-como-funciona-crockpot/
https://www.crockpotting.es/temperaturas-crock-pot/
Para qué sirve una OLLA DE COCCIÓN LENTA
https://www.consumerreports.org/es/hogar/como-usar-la-olla-de-coccion-lenta-de-manera-efectiva/